La encíclica Pacem in terris, escrita por el beato Juan XXIII en 1963, es un documento histórico que aborda el tema de la paz entre todos los pueblos, basada en la verdad, la justicia, el amor y la libertad. El papa escribió esta carta en un contexto de Guerra Fría, crisis de los misiles de Cuba, guerra de Vietnam y amenaza nuclear, con el fin de hacer un llamamiento a todos los hombres de buena voluntad para colaborar en la construcción de un orden mundial más humano y fraterno.
La encíclica se estructura en cinco partes: la primera trata de las relaciones entre los individuos y las comunidades políticas, destacando los derechos y deberes que se derivan de la dignidad humana; la segunda se ocupa de las relaciones entre los estados, subrayando los principios de soberanía, igualdad, cooperación y respeto al derecho internacional; la tercera se refiere a las relaciones entre los pueblos, proponiendo el diálogo, la solidaridad y el desarrollo como medios para superar las tensiones y los conflictos; la cuarta se dedica a las relaciones entre la comunidad mundial y las organizaciones internacionales, defendiendo la necesidad de una autoridad pública universal que garantice el bien común y la paz; y la quinta ofrece unas normas para la acción temporal de los cristianos, invitándolos a ser testigos del Evangelio y a contribuir al progreso social con su compromiso y su oración.
La encíclica Pacem in terris es una obra maestra de la doctrina social de la Iglesia, que ha influido en muchos documentos posteriores del magisterio y en el pensamiento político y moral de nuestro tiempo. Es una encíclica profética, que anticipa muchos de los desafíos y esperanzas que aún hoy tenemos como humanidad. Es una encíclica luminosa, que nos muestra el camino para construir una civilización del amor y de la paz.
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