"Dios y el Estado" es una obra escrita por el pensador anarquista ruso Mijaíl Bakunin en 1871. Originalmente, fue pensada como la segunda parte de un trabajo más amplio llamado "El imperio Knouto-Germánico y la Revolución Social". La primera parte apareció sobre los antecedentes de la guerra franco-prusiana y una historia general de la resistencia europea al imperialismo. "Dios y el Estado" es la obra más conocida de Bakunin y trata sobre la inmoralidad del Estado. En ella, Bakunin argumenta que el Estado es una institución que se basa en la violencia y la opresión, y que su existencia es incompatible con la libertad y la justicia. Bakunin también critica la religión, argumentando que es una herramienta utilizada por el Estado para mantener a la gente sumisa y obediente. En particular, Bakunin critica la religión cristiana, argumentando que es una religión de esclavos que promueve la sumisión y la obediencia a la autoridad. En cambio, Bakunin defiende la libertad individual y la igualdad, y argumenta que la sociedad debería organizarse de manera descentralizada y sin jerarquías.
Jean-Jacques Rousseau es una figura importante en la obra de Bakunin. Rousseau fue un filósofo y escritor suizo del siglo XVIII que influyó en el pensamiento político y social de la época. Rousseau es conocido por su obra "El contrato social", en la que argumenta que la soberanía reside en el pueblo y no en el Estado. Rousseau también defendió la idea de que el hombre es naturalmente bueno, pero que la sociedad lo corrompe. Esta idea influyó en el pensamiento de Bakunin y otros anarquistas, que argumentaron que la sociedad debería organizarse de manera que permita a las personas desarrollar su potencial humano y vivir en libertad y armonía.
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