Daniel Defoe fue un escritor, periodista y panfletista inglés que nació en Londres en 1660. Su padre era un comerciante presbiteriano de origen alemán y su madre una campesina inglesa. Defoe abandonó la carrera eclesiástica para dedicarse al comercio de diversos productos, lo que le llevó a viajar por Europa. También se involucró en la política y apoyó la rebelión del duque de Monmouth contra el rey Jacobo II. Por sus escritos satíricos y críticos con el gobierno, fue acusado de blasfemia, multado y encarcelado varias veces. Trabajó como agente secreto para el gobierno de la reina Ana y como periodista para diversos periódicos. En 1719 publicó su primera novela, Robinson Crusoe, basada en la historia real de un náufrago escocés llamado Alexander Selkirk. La novela tuvo un gran éxito y se considera una de las obras fundacionales de la literatura inglesa. Defoe escribió otras novelas, como Moll Flanders (1722), El coronel Jack (1722) o Roxana (1724), así como ensayos, biografías y tratados sobre economía, historia y religión. Murió en Londres en 1731.
Robinson Crusoe cuenta la historia de un joven inglés que decide hacerse marinero contra la voluntad de su padre, que quería que fuera abogado. En uno de sus viajes, su barco naufraga cerca de una isla desierta, donde logra salvarse junto con algunos objetos y armas. Allí tendrá que aprender a sobrevivir con los recursos naturales y a enfrentarse a los peligros que le acechan, como las tormentas, los animales salvajes o los caníbales. Durante los primeros años, Robinson se siente solo y desesperado, pero poco a poco va adaptándose a su nueva vida y fortaleciendo su fe en Dios. Un día encuentra una huella humana en la arena y descubre que hay otros habitantes en la isla: unos indígenas que practican el canibalismo y que vienen ocasionalmente a sacrificar a sus prisioneros. Robinson logra rescatar a uno de ellos, al que llama Viernes y al que enseña su idioma y su religión. Juntos construyen una fortaleza y se defienden de los ataques de los caníbales. Después de veintiocho años de soledad, Robinson ve llegar a un barco inglés que ha sido tomado por unos amotinados. Con la ayuda de Viernes y del capitán legítimo, consigue recuperar el barco y regresar a su patria. Allí descubre que su familia ha muerto y que ha heredado una gran fortuna gracias a unas plantaciones que poseía en Brasil. Sin embargo, Robinson no se siente cómodo en la civilización y decide volver a viajar por el mundo.
La novela es una obra maestra de la imaginación y el realismo, que combina la aventura, el relato de viajes y la reflexión moral. Defoe recrea con minuciosidad y verosimilitud las peripecias de su protagonista, que se convierte en un símbolo del espíritu emprendedor, individualista y colonizador del hombre occidental. La novela también plantea temas universales como la libertad, la soledad, la naturaleza humana o la relación con Dios. Defoe utiliza un estilo sencillo y directo, sin apenas diálogos ni descripciones psicológicas, para narrar los hechos desde el punto de vista de Robinson, que escribe su historia como una forma de confesión y testimonio.
Algunas frases de este libro que contienen gran valor educativo son:
- "Así aprendí dos cosas: primero (como ya he dicho), a mirar las desgracias de los demás para consolarme de las mías; y segundo (que me parece más importante), a considerar que, como Dios nos envía las aflicciones, también nos da la fuerza para soportarlas." (Capítulo V: Construyo una casa)
- "Me di cuenta entonces de que el dinero no es más que una trampa, pues cuando no se tiene, se desea con ansia, y cuando se tiene, no se sabe qué hacer con él." (Capítulo XV: Me hago agricultor)
- "Me pareció que estaba en un sueño y que, cuando me despertara, me encontraría en mi celda, en la cárcel de Hull." (Capítulo XVI: Descubro una huella humana)
- "No hay condición tan desdichada que no pueda hallar consuelo en la oración." (Capítulo XVII: Salvo a un salvaje)
- "Me di cuenta entonces de que el mundo era muy grande y yo muy pequeño." (Capítulo XXIII: Regreso a Inglaterra).
- "Me di cuenta de que la vida humana es sagrada y que no tenemos derecho a quitarla si no es por una causa justa." (Capítulo XIX: Mato a un leopardo)
- "Me pareció que era el hombre más feliz del mundo, pues tenía más de lo que necesitaba y no deseaba nada más." (Capítulo XXI: Celebro mi aniversario)
- "Me pregunté qué era lo que me hacía infeliz y me respondí que era mi propia culpa, pues no había sabido conformarme con lo que Dios me había dado." (Capítulo XXIV: Reflexiono sobre mi vida)
- "Me di cuenta de que la verdadera sabiduría consiste en conocerse a uno mismo y en reconocer los propios errores." (Capítulo XXV: Me reencuentro con Viernes)
- "Me pareció que el mundo estaba lleno de maravillas y de misterios, y que yo no había hecho más que rozar la superficie de sus secretos." (Capítulo XXVII: Descubro una cueva)
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