BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Oliver Goldsmith fue un escritor y médico
irlandés que nació en 1728 en Pallasmore, una pequeña localidad rural. Hijo de
un clérigo, se educó en Dublín y más tarde se trasladó a Edimburgo para
estudiar medicina. En 1756 se instaló en Londres tras un largo viaje por la
Europa continental, donde vivió de forma precaria y aventurera, tocando la
flauta y mendigando. Colaboró en distintas publicaciones y se hizo famoso por
sus ensayos, poemas, novelas y obras de teatro, que reflejaban su ingenio, su
ironía y su compasión por la naturaleza humana. Fue amigo de Samuel Johnson,
Joshua Reynolds y Edmund Burke, y formó parte del selecto Literary Club. Murió en
1774 a causa de una insuficiencia renal.
Goldsmith tuvo una vida amorosa poco
afortunada. Se enamoró de varias mujeres, pero ninguna le correspondió o le
rechazó por su aspecto físico o su pobreza. Se dice que estuvo casado en
secreto con una viuda llamada Elizabeth Fleming, pero no hay pruebas
concluyentes al respecto. También se rumorea que tuvo una hija ilegítima con
una criada francesa, pero tampoco hay evidencias. Lo cierto es que Goldsmith
nunca encontró la felicidad conyugal que retrató en su novela más famosa: El
vicario de Wakefield.
RESUMEN DE LA NOVELA
El vicario de Wakefield es una novela
publicada en 1766 que narra las peripecias de la familia del doctor Charles
Primrose, un clérigo rural que vive felizmente con su esposa Deborah y sus seis
hijos: George, Olivia, Sophia, Moses, Dick y Bill. Su situación cambia cuando
pierde su fortuna por culpa de un comerciante deshonesto y tiene que mudarse a
una humilde casa en otro pueblo. Allí empiezan sus desgracias: George es
rechazado por su prometida aristocrática; Olivia es seducida y abandonada por
un libertino; Sophia es secuestrada por el mismo villano; Moses es engañado por
unos estafadores; Dick y Bill son encarcelados por defender a su padre; y el
propio vicario es encerrado en la cárcel por una deuda falsa.
Sin embargo, el vicario no pierde la fe ni
el buen humor, y trata de consolar y educar a su familia con su sabiduría y su
bondad. A pesar de las adversidades, los Primrose mantienen su unidad y su
integridad moral. Al final, todo se resuelve felizmente: George recupera a su
amada; Olivia se reconcilia con su padre y se casa con un hombre honrado;
Sophia escapa de su captor y se une al joven caballero que la ama; Moses
encuentra una esposa rica e inteligente; Dick y Bill son liberados; y el
vicario recobra su fortuna y su posición gracias a la intervención de un
misterioso benefactor.
ANÁLISIS Y CRÍTICA
El vicario de Wakefield es una novela que
combina el humor con el sentimentalismo, la sátira con la moralidad, el
realismo con el idealismo. Goldsmith crea un personaje entrañable y memorable: el
vicario Primrose, un hombre virtuoso pero ingenuo, generoso pero imprudente,
optimista pero resignado. A través de sus aventuras y desventuras, el autor
retrata la sociedad inglesa del siglo XVIII, con sus contrastes entre la
nobleza y el pueblo llano, entre la ciudad y el campo, entre la corrupción y la
inocencia. La novela critica los vicios y las injusticias de la época, como el
orgullo, la codicia, la hipocresía, la crueldad o la opresión. Al mismo tiempo,
exalta los valores y las virtudes de la familia, el amor, la fe, la honradez o
la caridad.
El vicario de Wakefield es una obra
maestra de la literatura inglesa, que ha influido en muchos escritores
posteriores, como Jane Austen, Charles Dickens o Mark Twain. Su estilo es
sencillo y fluido, su tono es ameno y divertido, su trama es ingeniosa y sorprendente.
Su mensaje es universal y atemporal: la felicidad no depende de las riquezas o
las apariencias, sino de la bondad y la sabiduría del corazón.
VALOR POSITIVO Y PRÁCTICO
El vicario de Wakefield es un libro que
puede aportar mucho a los lectores de hoy en día. Puede enseñarnos a enfrentar
las dificultades con esperanza y humor, a perdonar los errores ajenos y
propios, a apreciar las cosas sencillas y naturales, a cultivar el amor y la
amistad, a respetar la dignidad y la libertad de las personas, a confiar en la
providencia divina. Puede hacernos reflexionar sobre el sentido de la vida,
sobre la importancia de la familia, sobre el valor de la educación, sobre el
papel de la religión. Puede hacernos disfrutar con su belleza literaria, con su
ingenio narrativo, con su gracia poética. En definitiva, puede hacernos mejores
seres humanos.
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