EL COMBATE PERPETUO, por MARCOS AGUINIS
Marcos Aguinis es una de las voces más lúcidas, valientes y polifacéticas de la literatura argentina contemporánea. Nacido en Córdoba en 1935, en el seno de una familia judía de ascendencia moldava, su vida ha sido un ejemplo de pasión por el conocimiento y de compromiso con la libertad y la justicia. Su infancia estuvo marcada por el amor a la música —fue concertista de piano en su juventud— y por una temprana inclinación hacia la literatura y las humanidades, que convivió con una sólida formación científica. Se graduó de médico a los veintitrés años y se especializó en neurocirugía, completando estudios en Francia y Alemania bajo la tutela de eminencias como Rolf Hassler. Durante más de una década ejerció la medicina con éxito y rigor, publicando trabajos académicos y fundando una revista médica, pero la literatura y el pensamiento crítico lo acompañaron siempre, incluso en los intersticios de su vida profesional.
Aguinis es un verdadero hombre del Renacimiento: además de médico y neurocirujano, se formó en psicoanálisis, fue funcionario público —subsecretario y luego secretario de Cultura de la Nación tras la recuperación democrática en Argentina—, y se destacó como ensayista, novelista, biógrafo y conferencista internacional. Su obra, traducida a numerosos idiomas, ha sido reconocida con premios como el Planeta, el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, el Premio Educación para la Paz de la UNESCO y la distinción de Caballero de las Letras y las Artes de Francia. Fue el primer latinoamericano en obtener el Premio Planeta, y es doctor honoris causa por universidades de Israel y Argentina. Su compromiso con los derechos humanos y la democracia lo llevó a enfrentar la censura y el riesgo personal durante la dictadura militar, y a impulsar la “primavera cultural” en los años ochenta, promoviendo la democratización de la cultura y el debate público.
“El combate perpetuo”, publicada en 1977, es una de las obras más representativas y audaces de Aguinis, un libro que desafía tanto al lector como al contexto histórico en que fue escrito. En plena dictadura argentina, cuando la censura y el miedo dominaban la vida intelectual, Aguinis se atrevió a reflexionar sobre la condición humana, la libertad, la opresión y la incesante lucha por la dignidad. El libro, que puede leerse como un ensayo, una crónica existencial y un manifiesto ético, explora el conflicto permanente entre las fuerzas que buscan someter al individuo y aquellas que lo impulsan a rebelarse y a buscar sentido. El “combate” del título es, ante todo, una metáfora de la vida: la existencia es un escenario de tensiones, desafíos y elecciones, donde cada ser humano debe decidir si se conforma con la sumisión o si asume el riesgo de pensar, de disentir y de actuar.
Aguinis estructura su obra en torno a la idea de que la libertad no es un estado alcanzado de una vez y para siempre, sino una conquista diaria, frágil y amenazada. El autor analiza con lucidez las formas de la opresión —política, religiosa, social, psicológica— y señala cómo los sistemas autoritarios, las ideologías cerradas y los dogmas pueden anular la creatividad, la autonomía y la capacidad de crítica. Pero lejos de caer en el pesimismo, Aguinis reivindica la resistencia, la rebeldía y la esperanza como virtudes esenciales. El combate perpetuo es, en su visión, el motor del progreso humano: solo enfrentando el miedo, la ignorancia y la injusticia es posible construir una vida auténtica y una sociedad más justa.
El libro se nutre de la experiencia personal y profesional del autor, de su formación en la medicina y el psicoanálisis, y de su profundo conocimiento de la historia y la cultura. Aguinis recurre a ejemplos de la literatura, la filosofía y la política, y dialoga con pensadores como Freud, Camus, Sartre y los grandes novelistas rusos, para mostrar que el combate por la libertad es universal y atemporal. La prosa de Aguinis es clara, apasionada y a la vez rigurosa, capaz de interpelar tanto al lector común como al especialista. Su estilo combina la reflexión filosófica con la narración de episodios concretos, y su tono es siempre honesto, directo y comprometido.
Entre los pasajes más destacados del libro, resalta la afirmación: “La libertad no se recibe: se conquista, se defiende, se recrea cada día.” Esta frase resume el núcleo ético de la obra: la libertad es una tarea inacabada, una responsabilidad que exige coraje y perseverancia. Otra cita memorable es: “El miedo es el gran aliado de la opresión, pero también el primer enemigo que debe ser vencido por quien aspira a ser libre.” Aquí, Aguinis señala el papel central del miedo en los sistemas autoritarios, y la necesidad de enfrentarlo para poder pensar y actuar con autonomía. Una tercera reflexión clave del libro sostiene: “El combate perpetuo es la condición de la dignidad humana: solo quien lucha por sus convicciones puede mirar de frente a la vida y a la muerte.” Esta sentencia expresa la visión existencial del autor: la dignidad no es un don, sino el resultado de la lucha constante por la coherencia, la justicia y la verdad.
Cada una de estas citas encierra una invitación a la acción y a la reflexión. La primera desafía la pasividad y llama a la responsabilidad individual y colectiva. La segunda pone en evidencia la importancia de superar el miedo como paso previo a cualquier transformación. La tercera eleva el combate cotidiano a la categoría de sentido vital, mostrando que la dignidad y la autenticidad solo se alcanzan en la lucha, nunca en la resignación.
“El combate perpetuo” es, en suma, un libro imprescindible para quienes buscan entender la condición humana en tiempos de crisis, y para quienes no se conforman con las respuestas fáciles ni con la sumisión ante el poder. Aguinis ofrece una visión esperanzada y exigente de la vida, donde cada lector es llamado a asumir su propio combate, a pensar por sí mismo y a contribuir a la construcción de una sociedad más libre y más humana. Su obra es un testimonio de coraje intelectual y una invitación permanente a no bajar nunca los brazos ante la injusticia, la mediocridad o el miedo. Leer a Aguinis es, en definitiva, aceptar el desafío de vivir con pasión, con conciencia y con la certeza de que la libertad y la dignidad se forjan en el combate perpetuo de cada día.
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