HISTORIA DE UNA GAVIOTA Y DEL GATO QUE LE ENSEÑÓ A VOLAR, por LUIS SEPÚLVEDA

 

HISTORIA DE UNA GAVIOTA Y DEL GATO QUE LE ENSEÑÓ A VOLAR, por LUIS SEPÚLVEDA

Luis Sepúlveda, nacido en Ovalle, Chile, en 1949 y fallecido en 2020, fue un escritor, periodista y activista cuya obra dejó una huella imborrable en la literatura latinoamericana y mundial. Su vida estuvo marcada por un profundo compromiso con la justicia social y la defensa del medio ambiente, valores que se reflejan en sus escritos. Sepúlveda vivió una existencia rica en experiencias, desde su participación en el gobierno de Salvador Allende hasta su exilio tras el golpe militar de 1973. Su obra, que abarca géneros como la novela, el cuento y la poesía, se caracteriza por su sensibilidad hacia los temas humanos y ecológicos, así como por su capacidad para narrar historias que trascienden fronteras y culturas. Entre sus libros más destacados se encuentra "Un viejo que leía novelas de amor", una obra que consolidó su reputación internacional y que, al igual que "Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar", combina una narrativa accesible con una profundidad temática que invita a la reflexión.

"Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar" es una fábula conmovedora que aborda temas universales como la amistad, la solidaridad y el respeto por la naturaleza. La trama comienza cuando Kengah, una gaviota atrapada en un derrame de petróleo, logra llegar al puerto de Hamburgo en sus últimos momentos de vida. Allí, encuentra a Zorbas, un gato grande y negro, a quien confía tres promesas: no comerse el huevo que pondrá, cuidar del polluelo hasta que nazca y enseñarle a volar. Zorbas, junto con otros gatos del puerto, se embarca en una misión que desafía las leyes de la naturaleza y pone a prueba su ingenio y su lealtad.

La novela destaca por su capacidad para transmitir valores esenciales a través de una narrativa sencilla pero profundamente emotiva. Sepúlveda utiliza el vínculo improbable entre un gato y una gaviota como metáfora de la cooperación y la empatía, mostrando cómo las diferencias pueden superarse en favor de un objetivo común. Además, la obra es una crítica sutil a los problemas ambientales, representados por el derrame de petróleo que condena a Kengah, y una llamada a la responsabilidad colectiva para proteger el planeta. Con su estilo cálido y accesible, Sepúlveda crea una historia que resuena tanto en niños como en adultos, convirtiéndose en un clásico que celebra la belleza de la diversidad y la importancia de cumplir las promesas.