Dejemos hablar al viento es la última novela del ciclo que Juan Carlos Onetti dedicó a los agónicos habitantes de la ciudad de Santa María, un espacio mítico que representa la condición humana sometida al fracaso y a la desolación. En esta obra, publicada en 1979 y galardonada con el Premio de la Crítica de Narrativa Castellana, el autor uruguayo nos presenta a Medina, un personaje complejo y contradictorio que encarna las frustraciones y los sueños de una generación.
Medina es un comisario corrupto y alcohólico que decide abandonar su puesto y su ciudad para buscar una nueva vida en otro lugar. Allí intenta retomar sus verdaderas vocaciones: las de médico y pintor. Sin embargo, pronto se da cuenta de que su nueva existencia no es más que la triste parodia de un sueño imposible. Jamás será un buen pintor, y su dedicación a la medicina se reduce a ejercer las tareas de un enfermero. Protegido por una prostituta, Medina se refugia en el alcohol y en las ensoñaciones para escapar de la realidad que lo asfixia.
Herido de muerte, Medina vuelve al lugar que ha sido su condena, Santa María, donde ejercerá de nuevo de comisario; mero pasatiempo de lo que en verdad le ocupará a partir de ahora: su propia destrucción. En su regreso, se reencuentra con algunos personajes del universo onettiano, como Larsen, el jefe del astillero, o Petrus, el médico rural. También conoce a otras figuras marginales que pueblan la ciudad decadente, como el joven Eladio Linacero, que aspira a ser escritor, o el viejo Brausen, que vive obsesionado con el cine.
Dejemos hablar al viento es una novela magistral que cierra el ciclo narrativo de Santa María y que consagra a Juan Carlos Onetti como uno de los grandes escritores del siglo XX en lengua española. Con un estilo depurado y una prosa envolvente, Onetti nos sumerge en la atmósfera opresiva y melancólica de una ciudad que es el reflejo de las almas de sus habitantes. Una ciudad donde el viento habla y donde los sueños se desvanecen.
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